martes, 27 de marzo de 2007

¿Llorabas?

A mi mano, con cuidado
El cielo envió hoy una gota
Cielo limpio y despejado
Sin nube alguna que flota

Tras mirarla fijamente
No alcancé a comprender
Como allí, de repente
Pudo haber ido a caer

No encontré esa mañana
Ni aspersores ni fuentes
Ni siquiera una ventana
Para verter recipientes

Una cosa estaba clara
La información era poca
Lo cual hizo que arrimara
Mi mano hacia la boca

Reconocí su sabor
Para bien o para mal
Un dato revelador:
La gota sabía a sal

Aunque a esto no respondas
Y estés en la lejanía
Es imposible que escondas
El lugar del que venía

Muevo con gestos pequeños
Mis labios sobre mi mano
Y envío todos mis sueños
A través del meridiano

A pesar de la ignorancia
En la cual yo vivo preso
Hoy reduzco la distancia
Desde aquí tus ojos beso

lunes, 26 de marzo de 2007

La inflacción de la felicidad

Hace mucho tiempo que no dejo aquí pedacitos de mí. No es porque no los tenga. Al contrario; estoy tan lleno de cosas que expresar que no soy capaz de decantarme por ninguna. Cualquier momento me parece insuficiente para sentarme y escribir lo que yo quiero... creo que todas y cada una de ellas se merecen más dedicación de la que ahora puedo entregar para ser gestadas y no resultar expuestas a la ligera... A veces es falta de tiempo, a veces falta de inspiración...

El caso es que de un modo u otro van pasando los días y todas esas historias, esos poemas, esos versos, esos cuentos, van acumulándose en mi cabeza y no ven la luz. Ahora mismo, sin ir más lejos, escribo estas palabras en lugar de cualquier otras mucho más creativas y bellas.

Estoy agotado. Y me refiero a que lo estoy de un modo general. Físicamente, anímicamente, emocionalmente, creativamente... voy volando de un sitio a otro, hago incontables actividades, soporto el eco de todas aquellas responsabilidades que dejo de lado cada día. Llevo un lastre en el alma que no se borra ni se olvida por más que avance y no pare quieto. Sigo esperando cargado de una paciencia que en mi vida creí que pudiera existir. Tengo envidia de mí mismo en otras épocas. Dormido, sueño con el pasado y despierto con un futuro feliz. Cada día me levanto con la ilusión de que este mundo me sorprenda, de que me muestre algo nuevo y revelador, de que dé un corte en el looping de siempre e introduzca un tramo nuevo en el recorrido. Es increíble como la inflacción de los años sube el precio de la felicidad.

Hago un sinfín de cosas que me llenan, que consiguen hacerme sentir bien e incluso orgulloso de mí mismo. Es como si hubieran puesto en mis manos el más valioso tesoro de un pirata. Con las piedras preciosas en las manos, sonrío, abro la puerta para enseñarlas y La Soledad me devuelve un gesto de indiferencia. Las joyas se convierten en una carga y pierden todo su valor...

Una caricia, unas manos que me tapen los ojos por detrás, un viaje de fin de semana, una mirada fija de ojos brillantes, una conversación entre susurros en la oscuridad, una sorpresa, unas palabras que me hagan sentir especial o único... esas son las auténticas riquezas...

Seguiré aquí, intentando sacar de mí pequeñas pepitas que mostrar y regalar sea del modo que sea... quizá un día yo también pueda ser millonario.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Incomprendido

No sé en qué momento empecé a sentirme tan lejano, tan distante... Quizá todo tuvo que ver con mis dudas, con un camino que aún busco y que todavía no se presenta nada claro ante mis ojos. Me hablan de futuro, de seguridad, de lo que es normal y lo que no... de un porvenir, de responsabilidades... Puede que aún no sepa con certeza lo que quiero hacer, pero sé lo que no. No quiero ser infeliz. No quiero dedicar la mayor parte de mi tiempo, de mi vida, a hacer algo que no me gusta. Tengo sueños, ilusiones, esperanzas... no conozco el modo exacto de perseguirlas, pero sé que están ahí dentro, las puedo palpar... conozco mi interior y sé que tengo muchas cosas que crear, muchas cosas que mostrar, sensaciones a las que dar forma y transmitir... No soy ningún estúpido y sé que en muchas ocasiones hay que dar un poco el brazo a torcer cuando no queda más remedio, pero precisamente ahora no lo siento así pues vislumbro un camino que se abre...

Cuando la gente que más debería apoyarte cuestiona algo de un modo frívolo, cuando tergiversa cada palabra, cada segundo invertido de tu tiempo, cuando devuelven una fría mueca de interrogación en respuesta a una cálida sonrisa de ilusión... es entonces cuando sientes que se alejan irremediablemente de ti, que la soledad acecha en medio de un sitio inhóspito y necesitas un hombro en el que apoyar tu cabeza, unos brazos que te cubran fuertemente y una voz que te susurre al oído "Tranquilo, pequeño, todo va a ir bien"... Quiero volar lejos...tan lejos...

¿Tan equivocado estoy en todas las decisiones que tomo?. Siento que defraudo a la gente y lo único que intento es ubicarme y perseguir un sueño...

martes, 13 de marzo de 2007

Regalo

Empiezo a idear un regalo. Aún algo impreciso, sin definir... No sé lo que tardaré en fabricarlo... días, semanas, meses... no conozco el resultado final ni la sensación que producirá al ser desenvuelto... Sólo sé que voy a invertir en él toda mi imaginación, mi ilusión y mi tiempo.

Será sin duda, mi mejor regalo.

viernes, 9 de marzo de 2007

Paseo al pasado

A veces sientes que si pudieras retroceder unos centímetros, avanzarías kilómetros...


"I'm going back to the start..."

jueves, 8 de marzo de 2007

Mundo de caleidoscopio

El cuerpo se despereza y se estira. Lentamente va cobrando vida. El alma, que se encontraba dormida por una sobredosis de caricias, inicia su despertar. Los labios vuelven a la realidad en la que no está presente la gimnasia del beso, las manos surcan el aire dibujando contornos en el vacío que se rellenan con la memoria y la fantasía. Intento ubicarme y ubicarlo todo. Vuelta a empezar en una rutina que ya he vivido, en la que conozco el modo de desenvolverme; lástima que eso no baste para hacerlo más sencillo. Esperanza. Palabras que te llevan flotando en lo alto de un remolino, arrastrándote a la tierra del sueño y del futuro. Las escribo para hacerlas terrenas y que puedan ser leídas cuando me asalten el miedo y la incertidumbre. Fragilidad y una sonrisa que asoma, asustada, en la comisura de la boca. Soplidos de lluvia. Un silencio en el que debo entender musicalidad. Sigo dando tanto de mí que ya no sé si me queda algo que ofrecer. Me gustaría ser mucho mejor sólo para poder entregarlo en una bandeja. Saber entrenar un elefante y hacerlo volar.

Me coloco mi nuevo artilugio alrededor de los ojos y contemplo el mundo. En ocasiones se me presenta difuminado, otras veces con una claridad absoluta. Hay días en los que miro y todo está repleto de colores mientras que en algún momento sólo veo blanco y negro. Observo más allá. Infinitud de cosas sucediendo en paralelo. En un coche suena una canción mientras dos enamorados se besan apasionadamente, un anciano la oye al instante en su radio y cambia la sintonía, las lágrimas no pueden evitar asomar en la cara de aquel chico que pasea solo y regocijándose en la melancolía sube el volumen, un grupo de estudiantes de danza preparan una coreografía bajo esas notas con total indiferencia y veinte mil personas la cantan al unísono en un abarrotado concierto. Veinte mil sensaciones más y seguimos anidando.

Hay personas en este mundo que no se merecen sufrir bajo ningún concepto. Ocurre tantas veces que la bondad sólo recibe dolor como moneda de pago... No puedo pretender que no me afecte semejante injusticia, no puedo observar callado la pena de aquellas personas a las que quiero con toda mi alma, ni ver sus lágrimas, personas por las que daría mi vida sin dudarlo... si tan sólo pudiera cambiarse sin más... un motivo más para seguir adelante...

El destino, la casualidad, la causalidad, la coincidencia, el futuro, la conspiración del Universo, las mariposas que se posan, las señales, los deseos en estrellas fugaces, pestañas, cumpleaños y pulseras de la suerte, las muñecas quitapenas, las sorpresas, los pensamientos, los reencuentros y las despedidas, los sueños y las pesadillas. Promesas, palabras, espera.

Vivo en un mundo etéreo lleno de cosas abstractas e imprecisas que al intentar agarrarlas se te cuelan entre los dedos. Un mundo de caleidoscopio que varía según como lo mire y hacia donde apunte. Anoche miré al cielo y, aunque todavía no he entrenado a mi elefante para que me lleve en su lomo, volví a verte y me acerqué a ti...