sábado, 7 de abril de 2007

Ese mundo intermedio

Es un mundo de acuarela. Las paredes se derriten y el suelo está pegajoso. Colores intensos por todas partes. Las puertas están inclinadas y tienen formas extrañas. Un piano da notas. Mi propia figura es irreconocible y se adapta de forma camaleónica a cada uno de los espacios por los que me voy moviendo. Mi voz está en off y me puedo tomar la licencia de cambiar las frases a medida que las digo, ya que soy plenamente consciente de que nadie las está oyendo en realidad. Visualizo mi nombre seguido de dos puntos y pruebo mentalmente qué diálogos quedarían mejor en mis labios. Es el mundo que visito cuando no puedo dormir. Como ahora.

Las palabras salen de un modo fluido en este mundo y no con la torpeza de antes de entrar en él. Porque, a pesar de los monosílabos del momento, dentro de mí encierro un diccionario y sería capaz de recitártelo en verso si fuera preciso.

A veces vas caminando y tropiezas con una una piedra que te hace dar un traspiés. Después de que eso ocurra, no sabes si ese tropezón ha servido para que avances al aumentar, sin querer, el ritmo de tu forma de andar o si, por el contrario, ha sido algo que te ha hecho frenar el paso. Supongo que nunca lo llego a saber porque siempre me quedo mirando a la piedra en lugar de a mí... Para mí es importante que las piedras no se hagan daño. Debo ser litólogo.

Cojo un pegote de pintura del techo y me restriego la mitad de la cara. Ahora soy Braveheart y no se nota que soy frágil y vulnerable. Me monto en el caballo de trapo y recorro el mundo buscando a mi amada. Esta noche, de momento, la convierto en almohada.

Pasan los segundos, los minutos, las horas... A veces coincidiendo con la salida del sol, a veces antes, voy abandonando este mundo para entrar en otro, el del sueño, donde la realidad sigue sin existir, pero además pierdo todo tipo de control...

Cierro los ojos y, suavemente, tu voz va convirtiéndose en murmullo...

2 comentarios:

Miguel dijo...

¡Duerme y déjate de chorradas!
Me ha gustado mucho, Javi. Además, creo que lo he entendido y todo (debe ser que yo tampoco he dormido demasiado, jejeje). Lo de la piedra es un puntazo.

Tatus dijo...

Si no lo has leído, busca Por el camino de Swann de Marcel Proust... creo que a él también le importaba que las piedras no se hicieran daño.. el primer párrafo me lo ha recordado bastante (no es difícil, porque es justo el libro con el que ando ahora).. Si siempre que noduermes te salen cosas así, sigue sin dormir.. puede que tu cuerpo no aguante, pero el resto ganaremos en literatura ;).. un abrazo muy fuerte..