domingo, 30 de noviembre de 2008

Eres Lluvia



Eres lluvia y no lo sabes. Apuesto a que ni siquiera lo intuyes. Estos días te has estado desplazando por mi cuerpo y sin embargo vives en la más absoluta de las ignorancias. Y yo, en cambio, sí, yo, yo te dejo rodar, me dejo acariciar, con tus dedos de gota, me dejo acariciar mi alma de sed. Y te convierto en el más bello poema simbolista, de modo que si alguien quiere descifrarlo tendrá que ir diez jugadas por delante y ser más rápido que Kasparov. Te confieso que he sacado la lupa para descubrir que no siempre me sirve para ver las nubes. Parece la del estuche Pelikán que emborrona más que ayuda. Y si a eso le añadimos que te paseas al azar por arriba dejándote caer a tu antojo, no puedo pensar sino que el cielo te llora. Te llora a ti. Eso es bonito. Porque el cielo no es estúpido. Y el hecho de haberte elegido significa que te quiere compartir. Ahora sólo me queda decir que no te preocupes. He pasado por el chino y he colocado trescientos veinte tres mil ochocientos cuarenta y nueve barreños a lo largo de todo Madrid para recogerte y que no se me escape ni el más mínimo de tus gestos.

"Y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses"

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