domingo, 23 de septiembre de 2007

Otoño



Ya es otoño.

Y pronto llegarán las lluvias y pasearemos sobre las hojas de los árboles esparcidas por el suelo. Los días serán mas cortos y sacaremos del armario los chubasqueros y algún que otro jersey. Comenzarán los horarios del nuevo año que llega, porque todos sabemos que los años no empiezan en enero aunque sea ahí donde se celebren. Y el Retiro y los demás parques olerán a tierra mojada y a verde y habrá que sortear los charcos para no mojarse los pies. Y los paraguas de colores llenarán los huecos marrones de la tierra y los grises del cielo haciendo que el mundo se mantenga en equilibrio. Los abrazos serán más lejanos entre tanta ropa y las caricias en las manos se escurrirán.


Y yo estaré aquí con el corazón de hoja perenne, esperando a que se disipen las tormentas y el sol se deje ver entre las nubes. Dando pasos con cuidado de no hundirme en el barro e incluso en las arenas movedizas. Montado en la montaña rusa.

Guardando palabras o gritándolas al viento. Y cuando las suelte con fuerza se oirán en el eco de la ciudad tras rebotar en las paredes de las casas. Y saldrán sin ningún orden ni sentido:

¡Tiempo! ¡Belleza! ¡Equinoccio! ¡Locura! ¡Eclipse! ¡Insomnio! ¡Paz! ¡Socorro!

Y después, desearé que todos los días de la semana sean viernes, mantendré mi mirada fija en tus ojos y echaré la lotería de los sueños. Te haré sonreír con chistes de bufón, escurriré mi cuerpo como si fuera ropa recién lavada para entregarte en un vaso todas mis gotas de esperanza y te prestaré mis labios como albergue para que te resguardes en tu camino.

Una nueva estación, un nuevo año, un nuevo comienzo...

¿Paseamos?


Ya es otoño.

1 comentario:

Miguel dijo...

Me alegro de verte de nuevo