lunes, 4 de mayo de 2009

Este cuarto y lo de fuera

Hoy mi cama de noventa parece que el tiene doble de tamaño.

Y yo, apartando la vista de la pared, me introduzco en ella deseando que me transporte. Ansioso por llegar otra vez al país de las maravillas, a un mundo en el que los ratones rusos me chupan la mano, en el que me miran los ojos brillantes en el pasillo a la salida de la clase.

Te doy las buenas noches en alto y te convierto en almohada.

Mañana, cuando el sueño haya terminado me tocará volver de nuevo a esta realidad de mal de ojo, a este lugar en el que las cuentas no siempre dan el mismo resultado, a este lugar inhóspito en el que cada día se me acumulan las malas jugarretas que el destino me juega.

Por favor, que no haga un día bonito, eso ya sería demasiada tortura.

1 comentario:

Pablo dijo...

..

Un abrazo fuerte Javi.