jueves, 1 de mayo de 2008

111111

Es la cifra que marcaba esta mañana el cuentakilómetros de mi coche.

Y de pronto, me he entristecido al pensar que probablemente ya no me mostrará jamás otra cifra con todos los números iguales.

Lo efímero de los números. Lo efímero del tiempo. Lo efímero del teatro y de la vida.

Afortunadamente soy de esos que viven rodeados de intensidad e imaginación.

Afortunadamente sueño con contemplar el 222222.