viernes, 16 de octubre de 2009

La luna llora los lunes

Cuando todo son gruñidos
y odios al despertador
yo escapo a los sonidos
y ejerzo de espectador

Veo gente gris y seria
corriendo a toda prisa
como animales de feria
que perdieron su sonrisa

Personas ya sin memoria
de sus anteriores sueños
que condenaron su gloria
al dejar de ser sus dueños

Y las lágrimas pasean
deslizándose en mi rostro
para que los otros vean
que ante su pena me postro

Pues existe otra manera
de comprender la existencia
pero ellos ni siquiera
tienen la menor conciencia

Si supieran que este día
para mí es muy diferente
y que llena de alegría
mi corazón y mi mente

Es un día de visita
de calor y de reencuentro
en el que mi alma grita
con fuerza desde su centro

Poder tenerla a mi lado
a pesar de la distancia
y del viento tan helado
que se llevó su fragancia

Cincuenta y dos en un año
y en cada uno de ellos llueve
algo sumamente extraño
pues ni una nube se mueve

Salgo al fin del cementerio
y te pido que me acunes
descubriendo así el misterio:
la luna llora los lunes

sábado, 10 de octubre de 2009

Reflexiones de una sobremesa de café

Cuando decides que algo no debe estar en un determinado sitio siempre quedará su reemplazo o su silueta para recordarte la ausencia que tú mismo quieres provocar.

En un mundo que cada día está más compuesto de bits, en ese mismo mundo en el que la gente se sonríe con dos puntos y una dé, en ese mundo en el que ya ni siquiera preguntamos la hora porque la miramos en el móvil, en el i-phone o incluso en los parquímetros de las calles... en este mundo en el que pronto el amor estará codificado electrónicamente en cardiomegas, yo cada día echo más de menos el roce de otra piel, el calor que dan otros brazos cuando te estrechan, el sonido de unas palabras que acaricien mi oído a escasos centímetros.

Estoy cambiando, lo noto, pero aún así sigo fiel a las mismas pasiones e impulsos que un día me llevan al cielo y el siguiente al fango. Cada día entro en el campo de justas a lomos de mi caballo medieval para enfrentarme al caballero Sir Miedo que me espera sin los arañazos del anterior combate, renovado como si todos mis golpes no le hubiesen afectado... Siempre empiezo a jugar por el monstruo final de pantalla. Pero no me importa, todavía me quedan créditos.

Un día encontraré la música de las esferas, la armonía cósmico-sideral transformada en una certeza de polos negativos que será imposible separar.