lunes, 25 de junio de 2007

Paciencia

Siempre he sido una persona nerviosa e inquieta. Se me daba fatal eso de esperar. Sentía cosas y me lanzaba de cabeza a por ellas. Algunas veces era factible conseguirlas y entonces todo iba bien, viendo recompensados mis impulsivos esfuerzos. Sin embargo, en muchas otras ocasiones, me encontraba con un enorme muro de hormigón que me impedía avanzar bloqueando mi camino. Y el sentimiento de frustración era indescriptible... toda la pasión que podía derrochar por algo, emanada hacia la nada... era agotador y dañino para mi persona.


Este último año me ha servido para cambiar mi punto de vista. Ahora soy capaz de entender el mundo desde una perspectiva diferente. Puedo comprender que muchas cosas se escapan de nuestro control y que, a pesar de que pongamos en ellas nuestro alma y nuestros esfuerzos, es muy probable que no varíen o lo hagan ligeramente... es entonces cuando sólo te queda la espera, respaldada por la tranquilidad que da el estar dando lo mejor de ti mismo.

Espera de esperanza. Y es que hay algunas cosas en esta vida que me ìmportan tanto, que estoy dispuesto a convertirme, si es preciso, en El Rey de la Paciencia.

sábado, 16 de junio de 2007

El Gran Día



Hay momentos en la vida de una persona que son muy importantes. Muchos de ellos surgen de forma inesperada... improvisada... sin embargo hay otros que vienen predeterminados... prefijados... están destinados a ser momentos importantes pase lo que pase y ocurra lo que ocurra...

Dentro de unas horas volveré al campo de batalla. A ese mismo lugar en el que tantas veces he sido derrotado. Asiduamente, tras el nefasto resultado de la pugna, acudía a curarme las heridas para volver a la carga. Es cierto que nunca sacaba la artillería pesada y que incluso, en algunas ocasiones, hacía uso de artimañas sucias para lograr la victoria. Dentro de unas horas iré a vencer de una vez por todas... no sólo esta batalla sino también La Guerra. La noche promete ser larga. Aunque intentara dormir no sé si lo conseguiría. Estoy activo y agitado como un niño en la Noche de Reyes. Seguiré afilando mi espada y sacando brillo a mis botas. Tengo que ser un guerrero impecable. Mi compañero de batallas estará cerca de mí en la campaña... pero no excesivamente cerca, que luego vienen las tentaciones y todo podría irse al traste...


Y después vendrá el descanso del guerrero y se procederá a las celebraciones no sin antes realizar una pequeña incursión a tierras lejanas. Será (y está siendo) un día intenso. De esos que parece que tienen más de 24 horas. No puedo esperar para rodearme de la gente que quiero y compartirlo con ellos.

De momento, el comienzo ha sido fantástico... con el kit de té, la ruidosa reunión y el beso del pistoletazo de salida...

Así da gusto hacerse mayor.

martes, 5 de junio de 2007

Hoy (y siempre)

Hoy le escribo a mis anhelos. Desde mi reducto de soledad donde convierto los deseos en verbos. Donde los sentimientos evitan quedarse enquistados y salen de mí en procesión al ritmo de mis parpadeos. Desde este fortín, bajo el amparo de la noche, lejos de los demás y a la vez tan cerca...

Hoy me sigo descubriendo, me sigo mostrando como siempre hago, aún a riesgo de quedarme tan desnudo que produzca en los demás una carcajada capaz de herirme. Hoy me siento vulnerable y frágil y como ser estúpido que soy, me regodeo en ello, me autocompadezco y después me culpo de mi propia naturaleza.


Hoy sigo montado en el tren de la espiral, recorriendo las mismas paradas en un eterno retorno, con distintos acomodadores que me pican el mismo ticket una y otra vez. Hoy, mientras escribo todo esto, surgen en mi mente las personas que me importan. En algunos casos lamento no aparecer yo en sus pensamientos. Es entonces cuando siento compasión y culpabilidad por excluir de los míos a tantas que sí me tienen presente...

Hoy los pasos me llevaron, inconscientemente, al lugar de donde procede mi inocencia. Al lugar donde descubrí el mundo y los sentimientos, donde recibí mis primeras caricias y mis primeros puñetazos. Volvía guiado por una mano de marionetista hacia el refugio de lo conocido, hacia lo que siempre me ha dado calor y seguridad. Y no me defraudó. Volví con el alma calentita y dispuesta a irse a la cama.


Hoy quisiera transmutar mis inteligencias. Estoy harto de ser lo suficientemente listo como para no perder detalle, para ser perfectamente consciente de las situaciones, para darme cuenta de las cosas... En su lugar preferiría ser más listo de otro modo, consiguiendo que no me afectaran y haciéndome entender el mundo desde otra perspectiva. Sin embargo tengo la peor de las combinaciones y, a veces, cuando se juntan ambas de golpe es como si partiera cebollas...

Hoy tomo conciencia de lo extremadamente simple y transparente que soy... de lo poco que necesito para ser feliz, de la ausencia de avaricia que hay en mis deseos... Hoy me gustaría poder ser más fuerte (o más ignorante en su defecto).

Hoy sigo sintiendo lo mismo hacia todo y hacia todos. Sigo amando las mismas cosas, condenando los mismos hechos, estremeciéndome con las mismas palabras, sonriendo ante las mismas alegrías y llorando por las mismas penas. Hoy simplemente me sacudo como hacen los perros nada más mojarse para volver a sentarme en el mismo sitio y dejar que la vida continúe.


Dejar que el sueño continúe...

viernes, 1 de junio de 2007

Mariposa



Me despierto con los sentimientos alborotados, con las sensaciones de un recuerdo que casi se convierte en pesadilla. Resaca de un viaje en montaña rusa, de unos vientos cambiantes que soplan en todas las direcciones en cuestión de segundos. Casi me dejo atrapar por el fantasma de la incertidumbe, pero al final le di esquinazo.

Abro mi ventana e inspiro fuerte el aire de la mañana. Tomo conciencia de lo que soy, miro en mi interior y descubro un oasis repleto de fuerzas y de ilusión. Lugares que sólo encuentras en esas situaciones en las que la lucha está destinada a conseguir algo que te importa.



Dispuesto a sonreír, a sorprender, a cuidar... a entregarme en esta nueva oportunidad de asentar una felicidad intermitente que en sus picos altos es capaz de hacerme soñar y llevarme de la mano a lugares lejanos. Dispuesto a dar lo mejor de mí mismo, a hacer las cosas bien, a crear un camino que sea capaz de mirarse, tiempo después desde la distancia, sin que la más mínima piedrecita esté descuadrada. Dispuesto a, según requiera la situación, servirme en bandeja o a guardarme con llave... a elevar mi volumen o activar mi silenciador... a saltarme todos los límites de velocidad o a desplazarme con pasitos de tortuga...

No voy a dejar que el Emperador me asuste porque una mariposa ha venido volando hasta posarse en mí y la voy a alimentar con colores.