Hace ya tiempo, alguien me dijo que este blog no me representaba tal y como yo era. Que se centraba sólo en una de las tantas parcelas que me forman sin permitir que me mostrara al completo.
Hace menos tiempo, otra persona y yo definíamos nuestros blogs y los de nuestros amigos con una palabra. La palabra que obtuvo el mío fue melancolía.
Es cierto que mi relación con este espacio es bastante peculiar. Que le maltrato y le uso de paño de lágrimas. Que únicamente acudo a él cuando quiero desahogarme y entonces le bombardeo con mis paranoias disfrazadas de relatos, poesías o canciones...
Supongo que, en el fondo, eso es lo que le hace personal y mío. Y no sé porqué será pero es bajo esas circunstancias cuando me siento más inspirado y creativo. Es lo que me ha ocurrido desde siempre cada vez que tomaba la luna...
En realidad, ahora mismo, ya no sé quién me lee. Supongo que mis intermitencias también afectan. Y también el hecho de que la gente al ver un nuevo post mío diga: ¡Oh, Dios mío, Javi ha actualizado". Y entonces corran al baño a por una cuchilla por si después de leer mi entrada es necesario cortarse las venas.
Hoy le hago una promesa a mi blog y a esa minoría que aún deambuláis por aquí y es que intentaré trataros mejor y no daros sólo cal (o arena, ¿cuál es la mala?) sino un poquito de ambas.
Como muestra, y para compensar la lágrima de antes, esta primera sonrisa:
P.D: Nunca comento mi blog. Lo digo por si alguna vez sentís que no os contesto a algún comentario por esa vía.
jueves, 2 de agosto de 2007
Mi blog y yo
Publicado por Edward Bloom a las 12:09
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1 comentario:
Yo te leo, corazón mío.
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